domingo, 3 de octubre de 2010

DESPUÉS DEL 26S

Luis Marín
02-10-10

La celebrada intervención de la periodista de France Presse, además del teatro de siempre, exige una lectura que nadie quiere hacer: que aquí hubo una estafa electoral. El problema es que ella hace incomprensible el ambiente de celebración de los presuntos estafados.

Ciertamente es difícil de entender cómo es que obteniendo más votos se puede tener menos representantes, pero eso se podría explicar, dependiendo del sistema que se use para asignar los cargos; lo que sí es inexplicable es que las víctimas de la flagrante injusticia celebren con bombos y platillos su resonante victoria y otros enfaticen la derrota del régimen con expresiones paradójicas como “ganar perdiendo” o “perder ganando”.

Una vez más el problema es de interpretación del lenguaje. Así como antes nadie entendió lo que querían decir Rosales y su combo con “ganar y cobrar” y cada uno lo interpretó a su manera; ahora hay que ver quién gana y quien pierde y qué se gana y qué se pierde.

Bien vista la cosa, una chambita en dólares con inmunidades parlamentaria y diplomática al mismo tiempo y residencia fuera de este país infernal no está nada mal para, digamos, Timoteo Zambrano, cabecilla de todos los fracasos de la oposición en la última década, de los que él ha salido absolutamente indemne, como aquellos políticos “corcho” que si los hunden por un lado flotan por el otro.

O Alfonso Marquina, de quien decía extrañada Patricia Poleo que la había acompañado en un programa de radio, por allá en Maturín, el día y hora en que la Fiscalía General aseguraba que estaba en Panamá planeando el asesinato de Danilo Anderson y mientras ella ahora se encuentra en el exilio, él aparece muy fragante, recién bañado, como si nada, en un programa ¡en RCTV! Y si lo viera ahora como flamante diputado a la Asamblea Nacional… ¡Todo un habilitado!

O Teodoro Petkoff, que además de tener una fracción en cada ministerio, instituto autónomo e institución pública en general, como las Universidades Autónomas, Experimentales o Católicas, incluyendo, por supuesto, al CNE, donde tiene un representante personal, ahora va a disfrutar también de una fracción parlamentaria que va a bailar al ritmo que él les toque, más o menos como hace Chávez con los suyos, de manera que lo único que le falta es ser candidato único en el 2012, “si le aguantan las rodillas”.

Pero en la mejor fiesta nunca falta alguien que ponga la nota discordante, como esa cándida periodista de France Presse, que no sabe “de qué se trata la cosa”, que “ignora totalmente lo que aquí pasó”, “como si viviera en la luna”, ella no sabe “que estas elecciones están montadas en un método (…) que no tiene nada que ver con la sumatoria de los votos”.

Y eso que ella no cuestiona ese sistema blindado, inmune no sólo a triquiñuelas sino a cualquier observación, ni su mecánica incomprensible incluso para los técnicos, ni la impecabilidad de las cifras, aunque sean inverificables y nadie sepa de dónde salieron; su apreciación se refiere al aspecto externo, lo que resulta chocante a la vista, es completamente estética y sin embargo ya eso resulta “desestabilizador”, pasible de condena penal, como el tabú de la palabra “fraude”.

Finalmente, esos ingenuos “humanistas” que ahora, después de todo un largo período parlamentario usurpando funciones, vienen a descubrir que existen maquinas electorales itinerantes, centros electorales ficticios, electores fantasmas, circunscripciones arbitrarias, poblaciones flotantes, localidades donde el número de inscritos para votar supera ampliamente a la población, inversión de resultados, migrados, multicedulados, ancianos centenarios, muertos ambulantes, cubanos, colombianos, ecuatorianos, etarras, islamistas y, por qué no decirlo, una participación sin precedentes en mesas electorales desiertas.

El verdadero milagro del CNE es que en Venezuela hay que hacer cola para todo, excepto para votar.

LOS CHAVISTAS TAMBIÉN VOTAN

Los demócratas, que tomaron como ingeniosa consigna “hay que mojar el chiquito”, tienen sus propias y muy loables razones para exaltar el voto; el problema es que olvidan que las elecciones las organiza el gobierno y que sus partidarios también votan, por razones muy diferentes e incluso contrarias a las de ellos.

Ambos concurren al mismo acto con motivaciones opuestas: unos, para defender la democracia y la libertad; los otros, para implantar el comunismo, el totalitarismo. Entre ambos, ¿quién tiene la razón?

Dicen los demócratas que lo hacen porque “no saben hacer otra cosa”, pero además porque es de su propia esencia, las elecciones son el sancta sanctórum de la democracia. Pero por su parte los chavistas, que no son demócratas, votan igual, con el agravante de que son los dueños del patio, la pelota, el bate, ponen las reglas, los árbitros y las cervezas.

Lo extraordinario es que a éstos el voto no los dignifica, no pueden exhibir “el chiquito manchado” como un glorioso estandarte, signo indeleble de cultura cívica, de respeto al derecho ajeno, de convicción democrática y pluralista.

Alguien debe estar equivocado, porque o los dos son demócratas o ninguno de los dos lo son, o bien el voto no sirve como distintivo.

La verdad que no se quiere ver es que el voto, en sí mismo, no es ningún símbolo de superioridad moral, no sirve para distinguir a nadie, ni es nada para sentirse orgulloso, ni emblema de libertad, democracia y respeto.

No hay nada sagrado en el voto, que es sólo un instrumento, completamente adjetivo, para tomar ciertas decisiones, y que, por cierto, tampoco brinda ninguna garantía de que la decisión sea buena, simplemente porque se llegó a ella mediante una elección; tanto menos cuando se trata de un mecanismo turbio, amañado y deshonesto.

En Venezuela se ha desvirtuado el voto en muchos sentidos. El más obvio es que se le pretende utilizar para aprobar imposibles, justificar arbitrariedades, francas violaciones no ya a la Constitución y las leyes sino a la lógica y al sentido común.

Como cuando se sometió a referéndum la llamada “reforma constitucional” para establecer la reelección indefinida. Dejando a un lado la pregunta, que era por sí sola un asalto a la Razón, el ventajismo y todo lo que ya se sabe del sistema electoral, lo cierto es que en los Principios Generales de la Constitución se dice que el gobierno es y será siempre “alternativo”. ¿Cómo puede decirse luego que, no obstante, los gobernantes podrán reelegirse indefinidamente?

Lo que diferencia a la República de la Monarquía es precisamente la alternabilidad en el cargo del Jefe de Estado. Si éste es vitalicio o hereditario, como en Cuba, Libia, Siria, Corea del Norte y semejantes, no puede hablarse de república, aunque se recurra al manido argumento de “consultar al pueblo”.

Así como las elecciones no sirven para resolver divergencias filosóficas, científicas o de conocimiento en general, tampoco sirven para legitimar arbitrariedades e incluso crímenes, como si se sometiera a votación la abolición de los derechos humanos, como la propiedad y libertad de los individuos.

El voto utilizado como un arma, exactamente como cualquier otra arma, puede servir para salvar vidas o asesinar, proteger la propiedad o robar, dependiendo de quién la tenga en sus manos. Así que el problema no es el arma sino quien la use y para qué, si para la defensa o la agresión, si para la libertad o la opresión.

En conclusión, una consigna apropiada bien podría ser: “De elección en elección, avanza la revolución”.



¿DE QUÉ SE RIEN?

Hay que dejar que se disperse el humo de los cohetes, que se acallen los vítores y hurras, el jolgorio carnavalesco para ver cuál es el país que nos queda después de la resaca, lo que se llama “el día siguiente”.

¿Liberaron a los presos políticos? ¿Regresaron los exiliados? ¿RCTV comenzó a transmitir en señal abierta? ¿Devolvieron las 42 emisoras a sus legítimos propietarios? ¿Cesó el acoso contra las empresas Polar?

¿Fueron reivindicados los 23.000 empleados de PDVSA? ¿Se les pagaron sus prestaciones sociales, caja de ahorros, salarios caídos? ¿Se revocaron las listas negras, el veto para trabajar y contratar?

¿Se reabrió la embajada de Israel? ¿Se cortaron nexos con Irán y Siria? ¿Se devolvieron los guardias revolucionarios iraníes? ¿Salieron los yijadistas de Hamas y Hezbolá?

¿Se dejó de financiar la tiranía de los hermanos Castro? ¿Se retiraron las tropas cubanas del país? ¿Fue despachado el G2? ¿Se recuperaron para venezolanos los registros y notarias? ¿La CANTV? ¿Planta Centro?

¿Se desmantelaron los campamentos de las FARC? ¿Se deportaron los etarras a España? ¿Se desarmaron los colectivos del 23 de enero? ¿Se desmovilizaron los miembros del FBL? ¿Apareció Valentín Santana?

¿Se dejaron de dilapidar recursos del país para financiar la revolución continental? ¿Regresaron los helicópteros y tropas de Bolivia? ¿Ceso la intervención en Centro América? ¿Se abandonó el proyecto de la Gran Colombia? ¿Se derribaron las estatuas de Tiro Fijo? ¿Nos libramos del Foro de Sao Paulo?

¿Se satisficieron las demandas de la familia Brito? ¿Se devolvieron las tierras confiscadas? ¿Se desocuparon los edificios invadidos? ¿Se pagaron las indemnizaciones a los injustamente expropiados?

¿Por fin se sabe para dónde va el petróleo, quien lo paga y quien no paga? ¿Los derivados que se negocian en alta mar, en el Caribe? ¿Mandaron a buscar la maleta de dólares que se quedó por allá en Argentina sin que nadie la reclame?

¿Ceso la corrupción? ¿El crimen organizado transnacional? ¿El tráfico de drogas, de armas, de personas? ¿El blanqueo de dinero mal habido? ¿El nepotismo?

¿Disminuyó la inflación? ¿Aumentó el empleo formal? ¿Hay más seguridad en las calles y en las casas? ¿Menos asesinatos los fines de semana? ¿Menos secuestros? ¿Menos impunidad? ¿Se saneó el Poder Judicial? ¿La policía?

¿Se eliminó la consigna “Patria, socialismo o muerte”? ¿Cesó la prédica del odio? ¿Desaparecieron el antiamericanismo y antisemitismo? ¿El reino de la simulación y el disimulo? ¿La verdad oficial? ¿El imperio de la mentira?

Para los izquierdistas, nada mejor que sus propias palabras: ¿De qué se ríen, de qué se ríen?

domingo, 5 de septiembre de 2010

DE MENTIRAS Y MUERTE.

Luis Marín

05-09-10

A todo el mundo le producen anonadamiento, consternación, las actuaciones de la Fiscal General; pero ni un solo comentarista o periodista (ni uno solo) recuerda que fue Teodoro Petkoff quien se enfrentó a las críticas contra su nombramiento diciendo que “no había que prejuzgar a la Fiscal”.

Esto no importaría tanto si no fuera porque automáticamente todos al unísono repitieron lo mismo, añadiendo que había que dejarla actuar, concederle el beneficio de la duda y todas esa cosas tan razonables que se dicen en condiciones normales, sobre gente normal; como si no hubiera actuado en la gestión incalificable de Isaías Rodríguez, como si su única credencial no fuera rememorar el apellido del prócer comunista Pedro Ortega Díaz.

Y hay que ver que ha actuado: desde recitarles sus derechos a los comisarios Vivas y Forero en las puertas de la embajada de El Salvador (que, en deshonor a su nombre, les negó el asilo), para luego no reconocerles ninguno, como no sea morir en prisión por delitos que se sacrificaron tratando de evitar; hasta esto último, de procesar a la familia completa de deudos del señor Franklin Brito, trocándolos de víctimas en victimarios de sí mismos.

Es una novedad completa en cuanto a calificación de delitos, que no se le había ocurrido ni a los jefes cubanos en el caso Zapata, pero que podrán ensayar en el caso Fariñas, eso de convertir en suicidas a quienes se les ocurra persistir en una huelga de hambre hasta sus últimas consecuencias y a sus deudos en instigadores del delito. Esto sí que es un record mundial para exhibir con orgullo en el foro penal universal como gran aporte jurídico de la revolución.

Lo que no sabemos, porque no lo ha dicho con claridad, es sí ya se podrá juzgar a la Fiscal General o si será que Petkoff todavía la tiene en período de prueba.

SEPTIEMBRE NEGRO.

Las llamadas elecciones del 26 no son el comienzo ni el fin de nada sino la continuación de lo mismo. Después de la “relegitimación democrática” del régimen, se volverá a acelerar la marcha de la revolución procediendo a confiscar, por ejemplo, las instalaciones de las empresas Polar, tal como después del fraude de 2006 procedieron a cerrar a RCTV y expoliar sus equipos.

Por cierto, que la conmovedora campaña de Polar evoca a la de RCTV y adolece del mismo error de juicio. A los venezolanos no tienen que convencernos de lo buenos que son, porque nosotros nunca hemos tenido problema con la Polar, como nunca lo tuvimos con RCTV, porque somos la misma gente.

El problema es con los cubanos comunistas. Son ellos los que quieren acabar con las empresas en Venezuela, como lo hicieron en Cuba. Así que vayan a convencer a los hermanos Castro, a ver quién puede. Con razón se ha dicho que comprender el problema es el primer paso para comenzar a resolverlo.

Volviendo a la oposición, es curioso que presente ahora como profecía unos resultados que antes consideraba como una infamia urdida por radicales golpistas: 40 curules contra 120 oficialistas, dejando 5 como margen de regateo. Pero aunque les dieran menos, igual cantarían victoria considerando que para quien está en cero cualquier cosa en ganancia o “agarrando aunque sea fallo”.

La oposición debería decirle a la gente que hay que caminar por la tabla porque esto es un barco tomado por piratas y no hay otra alternativa, igual nos van a matar a todos; abajo está el mar infestado de tiburones, pero con suerte quizás alguno sobreviva. No deberían pintar la tabla como si fuera el camino del paraíso y predicar que más allá están la libertad y la gloria.

Cierto que esto último aunque sea falso tiene mejor marketing, así como la consigna: “¡Vamos a ganar!”, que es lo que se ha dado en llamar “una mentira blanca”, por aquello de que, siempre citando a Petkoff: “Nadie se mete en una elección diciendo que va a perder”.

El pequeño problema es cómo se puede dirigir la conducta con base en mentiras. Eso no lo recomienda nadie en su sano juicio y no se trata de un moralismo pacato, como diría Lenin, sino de una cuestión práctica. Lo que nadie sensato haría en su vida privada, porque sabe que no le va a resultar, ¿por qué habría de hacerlo en la vida pública?

Ahora ya no se habla de Asamblea sino de Panacea, porque no se trata de un parlamento, en sentido constitucional, sino de un súper gobierno que se va a ocupar de todo lo humano y lo divino, desde el ornato público, hasta la seguridad ciudadana, pasando por la educación, salud, infraestructura, es decir, todo lo que es función de la Administración.

¿Cómo se puede clamar por la separación de poderes pero a la vez burlarse de ella proponiendo un régimen asambleístico, tipo Cuba, que es infinitamente más peligroso que el presidencialismo caudillista?

La oposición miente de todo corazón, con la íntima convicción de que hace lo que tiene que hacer, lo que no hay más remedio, pero que además es lo mejor que se puede hacer, incluso para el que resulta engañado, ese electorado timorato y servil cuya mayor preocupación es que no se descubra por quien votó realmente.

Y ya esto es una flagrante contradicción, porque por un lado se exalta a un “bravo pueblo”, genéticamente libertario, en pié de guerra para defender su voto y por el otro se le trata como si fuera un manojo de cobardes y estúpidos, encarnados en “Ramoncito”, ese eterno menor de edad con que Julio Borges se representa al venezolano común.

Es un hecho suficientemente comprobado que la mentira no puede ser un camino hacia alguna parte, como no sea a la perdición.

NOSOTROS, LOS INEXISTENTES.

El CNE se trajo a un supuesto funcionario dominicano para que declarara que el sistema electoral venezolano es el más avanzado del mundo, pero sobre todo que “nadie” lo ha cuestionado jamás.

Como la oposición hace mutis, en el entendido que cuestionar al CNE es lo mismo que promover la abstención, entonces se da por cierto lo que dice este otro testigo estrella, de presencia tan efímera en el país como Giovanni Vásquez o el inefable Chávez Abarca.

Lo verdaderamente grave es que la directiva del CNE ahora no se limita a no escuchar lo que clama al cielo, incluso a la mayoría del electorado que se retiró en masa de las elecciones para la Asamblea de 2005 después del fraude descomunal del referéndum revocatorio, convertido en confirmatorio por este organismo.

Desde que el profesor Baldomero Vásquez lo bautizó como Cosa Nostra Electoral, sería demasiado arduo mencionar la larga lista de académicos, técnicos e investigadores que han cuestionado el REP, a la empresa Smartmatic y sus máquinas de lotería Olivetti.

Igualmente arduo mencionar a todas las instituciones, sociedades civiles, ONGs, que han demandado ante el TSJ la realización de un acto tan trivial como que el CNE entregue los resultados de alguna elección y sólo han recibido insultos como respuestas.

Inútil volver sobre los triple-cedulados, el crecimiento del REP a partir del 2003 diez veces mayor que el observado en iguales períodos anteriores, la inversión de la pirámide poblacional del país en que ahora hay más adultos que menores de edad, con el agravante de que el número de registrados es superior al de la población apta para votar, más una población flotante que oscila entre tres y cinco millones de votantes virtuales, las migraciones no autorizadas, las modificaciones arbitrarias e interesadas de las circunscripciones electorales, el control de la CANTV por los cubanos que les garantiza la manipulación de la transmisión de datos, el plan república bajo las milicias y paremos de contar.

Lo realmente nuevo y extraordinario es que la directiva del CNE no sólo no escucha, descalifica e insulta, sino que ahora declara “inexistentes” a todos los que no comulgan con el proceso, del cual ellos son militantes obedientes y disciplinados.

Y este es un hecho que debe tomarse muy en serio, porque no es verdad que las del 26S vayan a ser las últimas elecciones a celebrarse en Venezuela, porque el CNE no va a desaparecer así nada más, siendo como es un dispositivo esencial para la dictadura.

Los politólogos han acuñado el término técnico “elecciones no competitivas” para designar a este tipo singular; porque en Cuba hay elecciones todos los días, lo que pasa es que las listas las elabora el Partido Comunista y sólo sus candidatos pueden ser electos. En Irán sólo los revolucionarios islámicos son candidatos y los ayatolas se reservan el derecho de vetar a quienes no les gustan. Los contrarrevolucionarios van al paredón o son colgados, respectivamente.

Las políticas de aniquilación siempre han seguido una secuencia que comienza con la “muerte social” (del burgués, del judío), la desaparición primero de la mente colectiva y luego de los espacios públicos, mediante la agresión verbal, física y las restricciones legales y administrativas contra los “enemigos del pueblo”.

Los verbos más conjugados por los nacionalsocialistas son “aislar” y “silenciar”, jamás responden un argumento porque eso es prestar tribuna al enemigo, prefieren ignorar al detractor, segregarlo y echarlo al olvido.

Las clases “moribundas”, destinadas a desaparecer, como decía Stalin, primero son borradas de la conciencia, del derecho y luego de hecho, de la vida. Es el reino de la muerte, que va adherido al socialismo como parte inseparable de su propia esencia.

En los cuarteles de Venezuela, los soldados comienzan su mañana gritando: “¡Patria, socialismo o muerte!” ¿Se habrán dado cuenta de que eligieron ser las fuerzas de la muerte?

Dicen Las Escrituras (pero sólo Dios es grande y todopoderoso), que El es la verdad y la vida.

¿Podrá un país fundarse en la mentira y la muerte?



Luis Marín

05-09-10

miércoles, 10 de marzo de 2010

La Revolución Cubana murió de Fracaso

La Revolución Cubana murió de fracaso

BALDOMERO VASQUEZ

(Dedicado a la memoria de Orlando Zapata Tamayo)

“¡Fidel, seguro, a los yankis dales duro!” (Corean los asistentes)

“A los yankis hay que darles duro en muchas cosas ¡Pero también hay que darles duro en la agricultura!” (Les contesta el comandante)

Así daba inicio Fidel Castro al Discurso de Clausura del III Congreso Nacional de la ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños) realizado el 18 de mayo de 1967 (1). Este discurso es posiblemente una de las piezas oratorias de mayor trascendencia pronunciadas por el Primer Secretario del Partido Comunista Cubano en sus cincuenta años de gobernante de Cuba.

En dicho discurso, Castro se refirió como tema central a la utopía comunista que en unas décadas construiría en Cuba, particularmente en el sector agrícola y a la superioridad del socialismo sobre el capitalismo. Hoy nos encontramos en la privilegiada situación de poder evaluar los resultados que Castro había ofrecido alcanzar. Al utilizar los términos planteados por el propio líder histórico de la revolución cubana, esta evaluación se desarrolla en un espacio más objetivo que el usado por la propaganda revolucionaria, la cual se circunscribe a los temas de la invasión del Granma, la guerrilla de la Sierra Maestra , la toma del poder el 01 de enero de 1959 y “al criminal bloqueo comercial del imperialismo norteamericano”.

Fidel y el camino del comunismo

Para Castro, la utopía comunista se concretaría con el reparto gratuito de los alimentos y la extinción del dinero. Esto se lograría “a medida que se eleve la producción mediante el uso de la técnica”, lo cual permitiría una distribución de alimentos en exceso sobre las necesidades de la población.

Castro decía: “Dentro de 15, dentro de 20 años...llegará el día en que las frutas, los vegetales, hasta la leche se distribuirá gratuitamente…Nosotros sabemos cuales van a ser los niveles de producción de este país dentro de algunos años…Llegará el momento en que podremos decirle al pueblo: el café que quieran vayan a buscarlo al mercado gratuitamente. Los capitalistas tienen problemas de mercado. Nosotros no tendremos problemas de mercado. ¿Cuánto café produciremos? Todo el que consuma por la libre y gratuitamente la gente….¿Qué política seguir en la ganadería? Nos proponemos darle a la ganadería el mismo impulso que se le está dando al café”.

En el discurso Castro resaltó: “Nosotros llegaremos a producir todos los pollos que no se comerá este país. Con todo el excedente exportable que este país va a tener en los años futuros podemos producir los pollos en cantidades astronómicas”

La sobreproducción agrícola traería otra consecuencia de incalculable valor benéfico que distinguiría radicalmente al socialismo del capitalismo: “la eliminación del dinero”. Según el ideólogo y gerente de la administración socialista cubana:

“Llegará el día, señores, como resultado de los incrementos de producción, en que el dinero no valga nada. Llegará el día en que aquel que produce papas y entrega las papas, no recibe nada e irá entonces y buscará café, arroz, azúcar, ropas, zapatos, todas la cosas que necesite. Y suprimiremos el vil intermediario que es el dinero. Y eso es el comunismo. La revolución aspira un día a sustituir el dinero por la vía de brindarle al pueblo todo lo que necesita…Aquí el camino del comunismo es precisamente el camino ese en que no solo se da gratuitamente la educación…la asistencia médica…la vivienda.”

Y antecediendo la consigna de cierre: “¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!”, el comandante reiteraría su promesa de golpear a los yankis donde les duele:

“Vamos a darle duro a los yankis revolucionando nuestra agricultura…porque el golpe más doloroso que van a recibir los yankis es cuando sepan que a pesar de su bloqueo hemos superado todos los problemas, liquidamos la libreta y resolvemos los problemas de abastecimiento”.

Lápida: Aquí yace la revolución cubana (01/01/1959--16/12/2001)

El domingo 16 de diciembre de 2001 arribó al puerto de La Habana el primer buque de bandera norteamericana después de 40 años de embargo comercial de EEUU a Cuba (2). Aquel día murió la revolución cubana. Murió de fracaso, pues el portacontenedores “Express” transportó desde Gulfport-Misisipi a la isla una carga de 500 toneladas de pollo congelado. Este era el producto-símbolo del éxito de la agricultura socialista con el que Castro, 34 años atrás, había ofrecido que en el futuro golpearía a los yankis, ya que se estaría produciendo “en cantidades astronómicas”, repartiéndose gratuitamente a toda la población y exportándose sus descomunales excedentes.

El reconocimiento –real, no simbólico- del astronómico fracaso de la agricultura socialista cubana no se quedaría allí. Castro había declarado que aquella compra de alimentos se haría “por una vez”, dando a entender que las importaciones por $ 20 millones era “excepcional”, debido a los problemas causados por el huracán Michelle (3) y (4). Sin embargo, las compras –de todo tipo de alimentos- de Cuba a EEUU llevan 9 años y ascienden a $ 3.170 millones en el período 2001-2009 (5). ¡Ingeniosa la manera como Castro revolucionó la agricultura! Y extremadamente humillante, ironías aparte, porque esas importaciones abarcaron los dos períodos del ex-presidente Bush en la Casa Blanca.

Los idólatras del cadáver embalsamado de la revolución cubana

La propaganda revolucionaria sigue imperturbable, como si estuviésemos antes de 2001. La denuncia contra el “criminal embargo de EEUU” continúa en la ONU , FAO, NOAL, OEA, UNASUR y en cuanto foro o cumbre internacional se realiza por parte de todo tipo de idólatras de Castro (Presidentes: Lula, Bachelet, Kirchner, Correa, Ortega, Morales, Chávez, Mujica; Académicos: Chomsky, Petras, Dieterich, Borón; Premios Nobel: García Márquez, Saramago, Menchú, Pérez Esquivel; Personajes de Hollywood: Penn, Spacey, Stone, del Toro; Periodistas: Ramonet, Tarik Alí; los ideólogos de la teoría de la dependencia, de la teología de la liberación y comunistas disfrazados de ecologistas). Todos ellos lo que realmente veneran es el cadáver embalsamado de la revolución cubana, a la cual tratan como si aún estuviera viva.

Hay que admitir el éxito de esta gran operación de propaganda del embargo comercial a Cuba, pues hasta el Papa Benedicto XVI se ha hecho eco de ella. Declaró en diciembre, al agradecer el saludo de Raúl Castro trasmitido por el nuevo embajador cubano ante la Santa Sede , que “el embargo de EEUU sigue dañando a Cuba” (6). La “buena” ideología se reconoce porque es inmune al desmentido de la experiencia, de los hechos. Que Cuba haya importado el 2009 un monto de $ 528 millones en alimentos de EEUU, pollos en primer lugar, (7) no logra refutar en nada el cliché del “criminal embargo”.

Fidel Castro dice que estamos presenciando la crisis terminal del capitalismo norteamericano. Nosotros deseamos que esté equivocado para que Cuba pueda continuar importando alimentos de EEUU y su pueblo no muera de hambre.

REFERENCIAS

1) http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1967/esp/f180567e.html

2) http://www.larepublica.com.uy/larepublica/2001/12/17/nota/65760

3) http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_1669000/1669492.stm

4) http://www.soberania.org/Articulos/articulo_4846.htm

5) http://www.cubatrade.org/CubaExportStats.pdf

6) http://www.elespectador.com/articulo176661-benedicto-xvi-dice-el-embargo-de-eeuu-sigue-danando-cuba

7) http://www.flex-news-food.com/console/PageViewer.aspx?page=28450&source=xml