domingo, 22 de noviembre de 2009

¿Atrás? Ni para tomar impulso (Celia Hart Santamaría)

Este artículo se publicó en http://www.voltairenet.org/article153551.html#article153551 el 8 de diciembre de 2007, seis (6) días después de la derrota del oficialismo el 2D 2007


Una nota rápida para Heinz Dieterich
8 DE DICIEMBRE DE 2007


Acabo de llegar de Caracas. Como siempre ocurre en momentos inéditos la casualidad me puso a mí y a varios trotskos como observadores internacionales (del Bloque del SI).

Fui la única cubana con esas funciones. Claro que estaban casi 30.000 compatriotas míos haciendo la mejor labor por el SI.

Espero terminar pronto una crónica y mis reflexiones acerca de todo lo vivido en el lugar exacto y a la hora exacta del mundo:

Estuve en la MARCHA POR EL SI; en el CNE de primera mano; estuve viendo de cerca a los adecos, escuálidos, pero lo más triste: vi a los TRAIDORES saltando como corderos la talanquera.

Ahora no le contesto a Heinz Dieterich [1] ni a sus repugnantes recetas para que Chávez y los cuatro millones de revolucionarios que no necesitaron de mucho tiempo para entender que las reformas marchaban hacia el socialismo, deban volver atrás.

Chávez está leyendo mucho (según dijo) y seguro que aprendió de esta derrota.

Les adelanto que es una victoria pírrica para la oposición... No sabrán capitalizarla, y a nosotros nos vendrá bien pensar rápido antes de Navidad, reagruparnos y corregir los errores. La oposición ha tenido que usar nada más y menos que la canción de Violeta Parra ¡nuestra comunista Violeta! para himno de los estudiantes... aquella canción que rezaba: Me gustan los estudiantes que van al Laboratorio...

Los camaradas chilenos deberían hacer una denuncia... la Violeta debe estar dando gritos en la tumba... Ni para hacer canciones sirven los escuálidos.

En esta licuadora histórica se removió la paja del trigo... Los reformistas insulsos como Baduel, los sectarios engreídos como Orlando Chirino, quedaron detrás del crisol. Y con ellos no puede haber arreglo posible...

Por otra parte los problemas de Bolivia deberán arreglarse al margen del dos de diciembre.... y ya veremos como vencemos allá también.

Cuba continuará su marcha al lado de la revolución bolivariana más que nunca. Fidel es delegado a la Asamblea Nacional ¡fue elegido el Dos de Diciembre! Fidel habló a los revolucionarios en la voz de Chávez el día 30 de noviembre en uno de los eventos más grandiosos y rojos al que yo haya asistido; Fidel desde su cama es mucho más útil que miles de intelectuales de izquierda con sus análisis helados y raquíticos.

El SI en Venezuela seguirá siendo la opción y como dijo Raúl Castro alguna vez, para atrás ni para tomar impulso. Los que miren atrás se convertirán en estatuas de sal.

Insulta a Hugo Chávez proponerle una coalición con el enemigo ¡ahora debemos encontrarnos los que estamos del lado de acá! Baduel estuvo en la asesina, perversa, mentirosa e inculta GLOBOVISION... Daba vergüenza mirarle al que estuvo en aquel mítico juramento a Bolívar.

Nada que hacer con él y con otros.

No se ocupe Dieterich... El Dos de Diciembre de 1956 el Yate GRANMA quedó despedazado y tan sólo quedaron una decena de rebeldes y siete fusiles...Dos años después llegamos a La Habana victoriosos ¡Y aquí estamos!

Siga estudiando la doctrina del Socialismo del Siglo XXI y sus sofismas y déjenos pues a nosotros construirlo EN el siglo XXI con la ayuda de los intelectuales, obreros, campesinos e indios... muertos y vivos que dieron o darán su vida por el empeño. De nuestro lado y sin pactos estarán Marx, Lenin, Trotsky, Rosa, Gramsci, Mariátegui y el Che.... están Fidel y Chávez y sobre todas las cosas están cuatro millones de venezolanos y millones en el mundo apostando por nuestra única alternativa... El SI.

Todos los intelectuales que de algo sirvieron abandonaron la pluma por el fusil... o por la construcción revolucionaria, y cuando usaron la pluma fue para darles fuerza y compromiso a los trabajadores y no para convertirlos en redil flácido de los que quieren detener al mundo y ahogarlo en plena carrera.

No hubo derrota estratégica: Como no fue el Moncada una derrota, ni el desembarco del GRANMA otra.

Lenin no ha muerto en Cuba, aunque muchos tapados rezan por eso, y el Partido Socialdemócrata de la linda Alemania de la República de Weimar y su fuerte partido obrero no ha sido derrotado: ni por Hitler, ni por Stalin, y mucho menos por Eduard Berstein, que el Dos de Diciembre tuvo su última oportunidad.

“Rosa” se convertirá en un fogoso mulato y vamos a echarle ganas a este empeño. Que las urnas es apenas un comienzo.

Usted Dieterich, hable de Cuba y los nuevas matrices de equivalencias del socialismo del siglo XXI todo lo que quiera: Eso sí: de la revolución cubana...REVOLUCIÓN SOCIALISTA... y de la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA no diga una palabra más, pues le saldrán sapos por la boca.

Podremos haber perdido en las reformas...pero ganaremos la revolución.

Hasta la Victoria Siempre

Socialismo o Muerte

Qué viva el SI de la esperanza del mundo con reformas... o sin ellas.
Celia Hart Santamaría

Cubana, física con estudios en Alemania, es hija de la heroína Hayddé Santamaría y del dirigente y ex ministro Armando Hart. Autora de artículos sobre ideología y política.

martes, 17 de noviembre de 2009

El Muro Criollo (Yon Goicoechea)

Luego de meter la pata, entendí que estaba equivocado en el direccionamiento de mi discurso político de las últimas semanas. En efecto, tanto en público como en privado, he dedicado cerca del 60% de mi tiempo al debate relativo a los métodos de selección de candidatos a la Asamblea Nacional Recientemente almorcé con un amigo que tenía años sin ver. El pana es abogado y tiene 25 años, lamentablemente engrosa la lista de desocupados del país porque no ha conseguido trabajo en su profesión. Mientras nos poníamos en autos, le conté que estaba dedicado a "conseguir el método adecuado para escoger los candidatos a la AN" y dediqué unos minutos a exponer mi visión sobre el tema. Su respuesta fue simple: "ustedes los políticos si pierden tiempo en pistoladas".

Yo sé bien que la unidad no es una pistolada, pero la respuesta de mi amigo me hizo entender, que para un chamo sin trabajo, de 25 años, el discurso de la unidad es totalmente ajeno e insuficiente. Al final, su problema es otro, su vida está dedicada a otra cosa y en el método no hay ni una sola propuesta que solucione el fondo. Es decir, como discurso político, la unidad, no inspira sino a los convencidísimos.

Si esto es así, unidos o no, no ganaremos. La mayoría se construye proponiendo soluciones a los problemas de la mayoría y estos están ubicados en el mundo de lo social y, en segundo lugar, de las libertades públicas. Estos son los problemas reales y no los que nuestros egos construyen.

Sorprende que, muchos políticos y medios de comunicación, caigamos en este error reiterativo. Los primeros, pensando que los intereses del país político son iguales a los del gran país y los segundos, pensando en ratings y números. La noticia política siempre vende más en la clase media, quienes son los mayores consumidores de los medios de oposición.

Muchos vivimos en el gueto, el gueto tiene tiendas, casas y hasta alcaldes, pero es un gueto al fin. Derribemos nuestro muro de Berlín.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Votar o no votar? (Teodoro Petkoff Nov 2007)

Votar o no votar no es una decisión existencial, como la del famoso dilema hamletiano. No es una cuestión de principios ni de dogmas.

Es, lisa y llanamente, una postura táctica, una decisión que depende de la coyuntura política concreta que se esté atravesando. Nuestra historia y la de otros está cargada de ejemplos al respecto. Recordémoslos de nuevo. En 1952, la oposición "legal", constituida por URD, con el respaldo del ilegalizado PCV, y por Copei, llamó a participar activamente en las elecciones para la Asamblea Constituyente convocadas por el perezjimenismo. AD, después de una inicial postura abstencionista, terminó sumándose al "participacionismo".

El resultado fue una clamorosa victoria de la tarjeta amarilla de URD.

La decisión había sido correcta. La intrínseca debilidad del régimen militar quedó al desnudo, pero la oposición no estaba preparada para lo que vino: un nuevo golpe de Estado, el del 2 de diciembre de 1952, que desconoció el resultado electoral, e instaló abiertamente la dictadura de Pérez Jiménez, "en nombre de la FAN". Cinco años después, para diciembre de 1957, ante el plebiscito convocado por el dictador, la oposición, que ya estaba unificada en la Junta Patriótica, llamó a no votar. La coyuntura política era distinta, comenzaba el auge popular, después de años de apatía, y la decisión fue tan acertada que el plebiscito fue un fracaso, el pueblo caraqueño comenzó a alzarse, la FAN se dividió y mes y medio después la dictadura había sido barrida.

En Perú, cuando Fujimori planteó su segunda reelección, Alejandro Toledo decidió participar, aun a conciencia del fraude que todo el mundo avizoraba.

Movilizó al país, y ante el fraude, con base en el movimiento popular que había creado durante la campaña electoral, cogió la calle; se creó la crisis y cuando Fujimori convocó a nuevas elecciones, la decisión de Toledo, esta vez, fue la abstención. La crisis se profundizó y pocas semanas después "el Chino" había sido desalojado del poder.

La conclusión se cae por su propio peso: se vota o no se vota dependiendo de las condiciones concretas en que deba tomarse la decisión. No es cosa de principios sino de eficiencia política. En los ejemplos que hemos utilizado, las mismas fuerzas políticas que actuaron en ambas situaciones, utilizaron, porque las condiciones eran diferentes, tácticas distintas. Por lo general, cuando se cuenta con un plan alternativo a no votar, que sea viable, lo aconsejable es, precisamente, abstenerse. Cuando no se cuenta con este, ni se ven posibilidades de estructurarlo, porque la coyuntura es completamente desfavorable, lo aconsejable es votar.

De modo que para decidir qué hacer, lo sensato es asomarse a ambas opciones desprejuiciadamente, sin posturas dogmáticas y examinar realistamente las condiciones en que se actúa, sin confundir los propios deseos con la realidad. No se trata de una cuestión moral o ética sino de táctica política. Para decidir habría que responderse una pregunta sencilla: ¿Cuál es nuestra situación concreta?

domingo, 15 de noviembre de 2009

CHACUMBELE (escrito por Luis Marín)

Difícilmente cualquier venezolano común sepa algo más de este personaje salvo el famoso estribillo de que “el mismito se mató”, que se repite en la vieja guaracha cubana versionada por la Billo´s Caracas Boys.

Pero aún este pobre conocimiento alcanza para plantear si en algún sentido es posible identificar con él a Hugo Chávez, sugiriendo que se trata de alguien cuyas actuaciones redundan en su propio perjuicio.

Considerando: que se trata de un individuo que gasta en su propia seguridad más dinero público del que se invierte en la del resto de los venezolanos; que diariamente denuncia amenazas contra su vida, mientras 150.000 venezolanos han caído asesinados sin previo aviso; que le ha dado innumerables vueltas al mundo con su familia y una numerosa comitiva en viajes de placer, que lo han llevado desde el Océano Antártico a ver cómo se deshiela un glaciar, tantas veces como ha querido a la Gran Muralla China, a hoteles lujuriosos en Ciudad del Cabo que cuestan 5.000 dólares la noche, a rimbombantes cumbres internacionales mientras el pueblo permanece en el abismo, a inútiles visitas oficiales para codearse con reyes, presidentes, primeros ministros y una cáfila de dictadores, conservando el aplauso de los demócratas, bueno, esto como que no cuadra con la triste figura de alguien conocido por matarse a sí mismo.

En cambio, es inevitable considerar si ese remoquete no les cuadraría mejor a personajes como el general Baduel, por ejemplo, quien lo restituyó en el cargo en abril del 2002, para verse ahora sometido al repudio de los suyos en un rito de casta que en ninguna acepción de la palabra podría llamarse “juicio”.

O a Manuel Rosales, que cambió la primogenitura de liderar la oposición venezolana por el plato de lentejas de la Alcaldía de Maracaibo, para quedarse sin la primogenitura ni el plato de lentejas.

Por no hablar de los gobernadores como Acosta Carlez, Eduardo Manuit, Didalco Bolívar, Ramón Martínez, que llevan estampada la frase: “Así paga el diablo a quien bien le sirve”.

Se podría hacer una lista quizás demasiado larga de ex- como Luis Miquelena, Tobías Nóbrega, hoy expropiado, Marisabel, Leocenis García, el padre Palmar; pero ya resultaría redundante.

Quizás resultaría algo cruel mencionar a algunos presos políticos, como Eligio Cedeño, protagonista del cuento de hadas del muchacho pobre que asciende a prominente banquero gracias a la magia financiera de la dictadura, para terminar en un oscuro embrollo que él mismo no revela sino en sus aspectos superficiales, lo que significa que, aún en la desgracia, sigue siendo confiable.

Last but not least, se podría pensar también en los gobernadores y alcaldes de la “oposición”, que han hecho todas sus apuestas a una ilusoria vía electoral, para “ganar espacios” y luego encontrarse con que les desconocen los exiguos resultados, escamotean el presupuesto, roban atribuciones, instalaciones, recursos y hasta los despachos, por lo que terminan sin cargo y sin nómina.

La pregunta final es: ¿Por qué ha hecho tanta fortuna un sobrenombre tan mal puesto? La respuesta no puede ser otra que ésta es la exacta contrapartida a la costumbre que tiene Chávez de llamar “golpistas” a sus oponentes, es decir, endilgarle al otro lo que ellos son.

El principal aporte del socialismo del siglo XXI es la subversión del lenguaje, la postulación de un “mundo al revés” que también levanta tienda en la llamada “oposición”, lo que es una prueba más, si hicieran falta otras, de su carácter socialista y bolivariano.

ECCE HOMO. Los medios de comunicación que todavía sobreviven apoyan a Teodoro Petkoff con el mismo fervor suicida con que antes apoyaron a Chávez, lo que garantiza larga vida al socialismo. Así, cada madrugada repiten con inflexible devoción los maitines que les dicta desde sus editoriales de Tal Cual.

El servicio que siempre le ha prestado a la dictadura es servir de mediador entre el núcleo duro del régimen y la población desprevenida, con el propósito manifiesto de crear una “oposición de izquierda”, para evitar que la mayoría silenciosa corra en estampida hacia la “derecha”.

Su verdadero enemigo no es el régimen, del que sólo se diferencia por matices, sino cualquier tendencia que rechace al socialismo como sistema, de manera de salvar la franquicia ideológica del repudio generalizado.

Sus aparentes críticas siempre son atenuaciones de los verdaderos objetivos del proceso que causarían una comprensible alarma, de modo de introducir el comunismo, como decía Rómulo Betancourt, “con vaselina”.

Como olvidar su acusación de que el gobierno tenía una política de “carrito chocón”, porque ciertamente es difícil imaginar una cosa más risueña, con más aire de feria y algodón de azúcar que estos juguetes infantiles, aunque se esté refiriendo a una política conflictivista.

Luego inventó lo del “totalitarismo light” y otra vez resulta imposible encontrar alguna asociación de la palabra “light” con algo negativo, sobre todo para la clase media a quien estaba dirigido el mensaje, aunque se trate de un concepto con unas resonancias tan tenebrosas como el “totalitarismo”.

La lista sería interminable antes de llegar a Chacumbele, un personaje que más bien mueve a lástima, compasión, cuando no franca simpatía. Sería imposible asociar a Hitler, Mussolini o Saddam Hussein con Chacumbele, aunque todos ellos se acerquen más al personaje por las consecuencias de sus actuaciones que Hugo Rafael. El problema es que ninguno despierta conmiseración y éste es precisamente el favor que se le hace a un dictador vesánico cuando se le asocia con un personaje lastimoso.

A todas estas: ¿Quién es Chacumbele? Según la guaracha, un típico mujeriego cubano que sería víctima de los celos de su amante que lo cose a puñaladas por, presumiblemente, encontrarlo con otra.

Otra versión más primitiva nos lo muestra como un pobre policía de La Habana de principios del siglo pasado que, sintiéndose víctima de las infidelidades de su mujer, se descerraja un tiro con su arma de reglamento.

La versión más antigua, la única documentada y quizás verdadera, es la de un pobre palmero cubano que se cae de la palma y muere así, sin que nadie lo hubiera matado. Quién sabe si de allí provenga también el dicho “se cayó de la mata” o bien “estar caído de la mata”.

Casi es posible figurarse a una negra anciana musitando: “Ay, Chacumbele, el mismito se mató”, sin saber que estaba originando una saga que llega hasta nuestros días para convertirse en tema de manipulación y propaganda política.

El punto de esta digresión es: ¿Alguien puede sostener que alguna de estas versiones encaje con Hugo Rafael? Sin embargo, ¿por qué se sigue repitiendo esta tergiversación de una manera tan sistemática, acrítica y sin análisis?

Para mantener la imagen del “pobrecito Hugo”, inocente muchacho campesino que no sabe lo que hace y que, en el fondo, sólo se perjudica a sí mismo.

LISTA LA LISTA. Sin duda, los futuros chacumbeles serán los aspirantes a la Asamblea Nacional, por múltiples razones. Primero, porque están contando con aparecer en la lista de salidores, que ya está lista, no muy bien guardada, en unos cuantos escritorios, de donde se filtra cuando conviene.

Los viejos zorros comunistas saben mucho de eso, porque se han pasado toda la vida elaborando listas previas para después salir a ofrecerle cargos a los que no figuran en ellas, entusiasmándolos en ilusorias campañas de selección, para luego dejarlos en la estacada.

Segundo, porque los comunistas del gobierno harán lo mismo. Ofrecen 30 curules; pero la oposición se tranza en un tres a uno, o sea, 40. A la hora de la verdad no les cederán sino 24.

Nada importa que el sistema electoral sea fraudulento, porque se parte de una suerte de “realismo político” según el cual todo sistema electoral es tramposo, aquí y donde sea. Más que la elección, que es un procedimiento de selección como cualquier otro, lo que importa son los acuerdos políticos “por arriba”. Finalmente, “eso es lo que hay” y se debe jugar el juego electoral en cualquier terreno que sea, porque es lo único que justifica el financiamiento externo, la propaganda, la movilización y la emergencia del liderazgo.

El error medular es creer (o aparentar que se cree) y hacer creer al electorado que la Asamblea Nacional es algo, que allí, por ejemplo, se hacen leyes, cuando los mismos “diputados” se quejan de que se las lleva un motorizado en sobre cerrado y a veces las aprueban sin siquiera leerlas.

O que allí se designan altos cargos, como Directores del CNE, Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia o eso que llaman Poder Moral, cuando todo el mundo sabe que esos funcionarios salen de un concilio de militares golpistas, guerrilleros fracasados y sus asesores cubanos. A esto se llama confundir las apariencias con la realidad, la fachada con el edificio, la máscara con el poder, como diría el teórico de la dictadura Luis Britto García.

Una Asamblea Nacional contra el Ejecutivo es estéril, no podría hacer valer sus decisiones y sería esterilizada o cerrada, como ocurrió con la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo cuando dictó una decisión contra los supuestos “médicos cubanos”, es decir, contra la invasión de los hermanos Castro.

No merece comentario el argumento desteñido de que entonces “a Chávez se le caerá la careta”, como si tuviera alguna. En verdad, esa es su cara.

Hay que ser algo más que cándido y bien intencionado para creer (y pretender hacer creer) que por el hecho de que Julio Borges realice su sueño de ser jefe de una fracción parlamentaria y dar discursos en la Cámara, eso va a mejorar la suerte de los venezolanos y salvar la República, por usar grandes palabras.

O dicho más sencillo: que eso va a reducir el índice de homicidios los fines de semana, aliviará el martirio de los desaparecidos, secuestrados, presos políticos y de sus familiares y permitirá el retorno de los exiliados.

Lo que sí ocurrirá es que algunos tendrán inmunidad parlamentaria, cuantiosos estipendios y viáticos, figuración pública, prestigio en su medio social y lo más importante, se integrarán de pleno derecho en la nomenklatura del régimen, a los nuevos estamentos de la Quinta República, que pretende durar mil años.

La oposición forma un sistema con el gobierno y su proyecto incluye ignorar a la mayoría del país, que no se identifica con ninguno de los dos, dejándola por fuera, sin voz, presencia pública, ni derecho a existir.

Pero el afán de sobrevivir guindándose del régimen puede llevarla a compartir su suerte.

Luis Marín

13-11-09

miércoles, 11 de noviembre de 2009

¿Cómo se audita el REP?

Noticiero Digital
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=325687&highlight=


Uno de los elementos centrales para cuestionar al CNE es su resistencia a someter al REP a una verdadera auditoría independiente. La gente, que no es tonta, sospecha que allí hay grandes irregularidades y el CNE, que no sabemos qué esconde, persiste en su contumaz conducta de evadir esta obligación.

Hemos reiterado hasta el cansancio que un órgano electoral que no sea imparcial, que no actúe transparentemente y que no garantice el secreto del voto está descalificado para regir un proceso electoral.

Con una verdadera auditoría del REP lo que se persigue es “medir” su calidad, mostrar a los ciudadanos si es o nó un registro confiable. En el primer caso para mantenerlo y brindar confianza en el electorado, en el segundo para prescindir de él y hacer uno nuevo.

Eso es lo que ocurrió en México donde luego de decenios de un Registro amañado, las circunstancias políticas forzaron la creación de un nuevo padrón electoral, con foto del elector, que pasó a ser un modelo regional. Hoy a la “credencial para votar” del Instituto Federal de Elecciones de México se le da más valor como documento de identidad que la convencional Clave Única del Registro de Población (equivalente a nuestra Cédula de Identidad).

Pero ¿cómo “medir” la calidad del REP?

El proceso es sencillo, rápido y contundente. Consta de los siguientes pasos:

1) Tomar una muestra independiente (donde no meta la mano el CNE ni la ONIDEX) de los electores inscritos. Aventurando una cifra (con la venia de los especialistas en teoría de muestreo) digamos que se eligen al azar una muestra de 3.000 ciudadanos que representan los grupos de edad, sexo, ubicación geográfica (de acuerdo al REP) y otros factores que el “muestreador” considere pertinentes

2) Se verifica en la ONIDEX (sin que el CNE ni la ONIDEX metan la mano, como no sea para autorizar el acceso a los documentos y velar por su integridad) si esos ciudadanos cumplen con los requisitos de ley para detentar la nacionalidad

Estos requisitos están en la novísima Ley de Nacionalidad y Ciudadanía en su artículo 11, que establece:

Artículo 11. Son documentos probatorios de la nacionalidad venezolana:
1. La partida de nacimiento.
2. La cédula de identidad.
3. La Carta de Naturaleza publicada Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela.
4. El pasaporte.
5. Cualquier otro documento que, a juicio del órgano competente en materia de nacionalidad y ciudadanía, demuestre la nacionalidad venezolana


Demás está decir que para efectos de la auditoría lo que se debe corroborar es la existencia de una partida de nacimiento, una Carta de Naturaleza o "cualquier otro documento..." (a pesar del espacio para la arbitrariedad, cosa que puede evaluarse perfectamente con la muestra adecuada), por cuanto el pasaporte y la cédula son pruebas "ex post facto" y se buscan pruebas "ex ante"

3) Como no tenemos por qué confiar en esos documentos (hay una larga historia de falsificación de documentos por razones crematísticas o por trampas electorales), se deben tomar los datos del documento (por ejemplo: en qué registro civil corre inserta cada partida de nacimiento, o en cuál Gaceta Oficial Extraordinaria consta la naturalización) para cotejarlos con los originales que reposan en los registros civiles locales (Jefaturas, Prefecturas, …). Este sería el trabajo más engorroso porque habría que hacerlo en las regiones.

Si el resultado de este trabajo es satisfactorio, se podría hablar de un REP aceptable y siempre perfectible.

Si no lo es, no hay otra opción que la solución mexicana: hacer un nuevo REP con control de todos los actores políticos.

Desde luego que aquí no se agota todo. De hecho hay otras tareas que se pueden realizar (muy sencillas también) para determinar, por ejemplo, los electores “doble cedulados”. Pero esa primera prueba sería contundente.

Sin ánimo de ofender, apuesto a que el CNE no se somete a ella.



Alfredo Weil
14 de enero de 2008

Las “Fiscalas y Juezas del Terror”

El régimen se equivocó con Julio Rivas. Ya lo había hecho con Nixon Moreno, a quien el teniente coronel le daba por difamar. Pero a diferencia de este último, quien logro protegerse de la represión en la Nunciatura Apostólica, a Julio lo enviaron al Rodeo primero y a Yare después. Y esa decisión la tomaron mayoritariamente mujeres, fiscalas y juezas, una de las cuales bien puede ser, inmerecidamente, madre de un joven de la edad de Julio, mientras otra puede ser su hermana mayor.

Son 11 años de desasosiego que ha vivido la nación, abrumada por un régimen desenfrenado en el abuso de poder, de los fondos públicos y de la represión, que habilidosamente ha sorteado la condena internacional y de muchos sectores del país, gracias a los “argumentos de la chequera que ablanda conciencias”. Pero todo tiene un límite.

Aquí no se puede trasladar la culpa a otro u otros, como por años han querido hacerlo para proteger a los asesinos de Puente Llaguno. Aquí la responsabilidad indubitable, inexcusable e imperdonable la tienen unas cuantas mujeres inmorales y uno que otro señorito que por miedo a sus superiores o por el placer del poder fugaz que detentan, se han prestado para esta aberración. Trabajan en eso que siguen llamando “Ministerio Público” y en los circuitos penales. Todos perfectamente conocidos y la mayoría militantes del partido oficial.

Así será la borrachera (¿o desesperación?) del régimen que no se percataron de su error, sobre todo tratándose de un régimen plagado de reales encapuchados, golpistas con armas y acciones de guerra, desestabilizadores internacionales y persistentes agitadores, desde la cúspide hasta la base, desde el “jefe” hasta esas bandas de malandros bien conocidas en los sufridos barrios del país, equiparables a la gavilla de juezas, fiscales y fiscalas que “por órdenes superiores” condenaron sin juicio previo a Julio César Rivas.

La dignidad del muchacho los arrodillará: “lo primero es derrotar al miedo”.

Hay eventos históricos que se inician con sucesos aparentemente intrascendentes. El asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa Sofía pudo haber sido considerado un hecho atroz, y nada más, en cambio fue el detonante de la primera guerra mundial. En nuestros predios, un aumento de pasaje desencadenó el Caracazo y los cambios que luego de él sobrevinieron. El “efecto mariposa” de la teoría del caos.

¿Qué pasará con lo de Julio? nadie lo sabe. Pero de seguro, si la juventud que aspira crecer en esta patria se hace respetar, pronto llegará el momento en que a “las juezas y fiscalas del terror”, junto a los señoritos que le dieron órdenes o las acompañaron en sus decisiones, les sobrará tiempo para llorar su indignidad.

Alfredo Weil

27 sep 2009